3.11.21

I think


I think, 60 x 60 cm (87 x 87 cm con marco), Holger Roick 2022


I think (en la serie de Fibonacci el número 5)

 

El subtítulo de este cuadro podría o debería ser Darwinismo vs. Creacionismo. Así me lo sugirió Ernesto Sartorius, con quien discutí el tema y a quien está dedicada esta obra.

Charles Darwin (1809-1882) escribió "I think" en su "First notebook" justo encima de uno de sus famosos bocetos de árboles. El árbol es casi un símbolo arquetípico que sirve como metáfora del desarrollo de un proceso orgánico, intelectual, histórico o de otro tipo. Los cuadernos de Darwin contienen varios de estos diagramas de árbol, que utilizó para especular sobre la teoría de la evolución de las formas de vida.

De acuerdo con la ciencia actual y la teoría de la evolución, la tierra se formó hace unos cuatro mil millones de años; los creacionistas de orientación religiosa, por otro lado, creen que la tierra y la humanidad tienen solo aproximadamente 6000 años. Para ellos, la teoría de la evolución es incorrecta y creen que las historias de la creación en el primer libro del Antiguo Testamento de la Biblia son -cientificamente- correctas.

El surgimiento del primer ser humano es representativo para la historia cristiana e islámica de la creación en la biblia, la tora y el corán, que se presenta aquí cruzada con la historia darwiniana del origen. Las piezas pilares que constituyen ambas cosmovisiones aparentemente excluyentes se juntan como en un rompecabezas para formar un todo de diversidad, belleza, miedo y horror, supuestamente mortal pero a la vez absolutamente vital.

Las piezas pierden el agarre entre sí y todo amenaza con desmoronarse, pero un manto protector se extiende sobre todo. Cuatro o cinco botones mantienen unido el andamio inestable. De manera inesperada interfiere una tercera cosmovisión, la idea indigena de 'nierika', en sentido figurado, la puerta entre el mundo terrenal y el sobrenatural. Forma un pasaje y al mismo tiempo una barrera entre las dos zonas de la realidad. Nierika está representado por el diagrama diagonal usado por los huicholes del norte de México (wixárika, “persona de corazón profundo que ama el conocimiento”) para explicar el mundo. También significa 'espejo' y 'rostro de la deidad' y está formado por los cuatro puntos cardinales y el centro sagrado que representa la conexión con los dioses antiguos para descubrir el verdadero estado de las cosas. Entonces cinco puntos cardinales en total, marcados por cabezas de peyote de varias formas, según su edad. Esta quinta dirección, en su mayoría desconocida o olvidada por completo, forma el denominador común de todas las cosmovisiones, la muerte como portal del ’ir’ y ‘venir´. El peyote, planta de los dioses, es el medio para que los huicholes pasen por esta puerta, tomen contacto con el universo y se hagan uno con él, donde todas las contradicciones se disipan o adquieren un sentido superior.

El pensamiento crítico también considera los límites de la explicación y de la prueba. Tolerar la apertura de respuestas ideológicas y cosmogónicas probablemente no sea algo con lo que nacimos biológicamente, es un logro cultural. Pero como personas creyentes, no podemos prescindir de este logro. Que la percepción de la naturaleza y del mundo tenga unidad lógica solo puede ser una ilusión. Esto aplica tanto a la creencia del creacionismo en la Biblia como a la incredulidad supuestamente probada por la ciencia.

Las diversas hipótesis sobre el origen de la vida podrían responder a la cuestión de la existencia humana con el principio antrópico. El principio antrópico establece que el universo observable es observable solo porque tiene todas las propiedades que permite al observador la vida. Si el universo no fuera adecuado para el desarrollo de una vida consciente, no habría nadie que pudiera describirlo. ¿Cómo es que nosotros mismos no solo existimos, sino que también estamos rodeados de tanta complejidad y elegancia, de una abundancia tan infinita de las formas más bellas y maravillosas? ¡En vista del hecho de que incluso somos conscientes de nuestra existencia y nos hacemos las preguntas al respecto, no puede ser de otra manera! I think (thank god).

Además de Ernesto Sartorius agradezco a Darwin, a Dios, a René Descartes, Michelangelo Buonarroti, Elizabeth Gould, Hansjörg Hemminger, Richard Dawkins, a la madre Tierra y a Tututzi por su inspiración.




                                        I think, 60 x 60 cm (87 x 87 cm mit Rahmen), Holger Roick 2022

I think (in der Fibonacci Zahlenfolge die Nummer 5)

‘I think’ schrieb Charles Darwin (1809-1882) in sein ‘Erstes Notizbuch’ direkt über eine seiner bekannten Baumskizzen. Der Baum ist geradezu ein archetypisches Symbol, welches als Metapher für die Entwicklung eines organischen, intellektuellen, historischen oder sonstigen Prozesses dient. Darwins Notizbücher enthalten mehrere solcher Baumdiagramme, mit denen er über die Theorie der Evolution von Lebensformen spekulierte.

Nach der gängigen Wissenschaft und der Evolutionstheorie entstand die Erde vor circa vier Milliarden Jahren - religiös orientierte Kreationisten glauben hingegen, dass Erde und Menschheit lediglich 6000 Jahre alt seien. Für sie ist die Evolutionstheorie falsch und sie meinen, dass die Schöpfungsgeschichte im ersten Buch Mose des Alten Testaments der Bibel -wissenschaftlich- zutreffen.

Die Entstehung des ersten Menschen steht stellvertretend für die christliche und islamische Schöpfungsgeschichte in Bibel, Tora und Koran, die hier mit der darwinistischen Entstehungsgeschichte verkreuzt dargestellt wird. Puzzleförmig schieben sich die grossen Einzelteile beider sich vordergründig ausschließenden Weltanschauungen zu einem Ganzen von Vielfalt, Schönheit, Angst und Schrecken, vermeintlich Todbringendem doch gleichzeitig Lebensnotwendigem, zusammen.

Der Halt zwischen den Einzelteilen geht verloren und alles droht auseinanderzudriften, doch über allem breitet sich ein schützender Deckmantel! Vier bis fünf Knöpfe halten das wackelige Gerüst zusammen. Ganz unerwartet mischt sich eine dritte Weltanschaung ein, die indianische Vorstellung des ‘nierika’ -  bildlich die Pforte zwischen der irdischen und der überirdischen Welt. Sie bildet einen Durchgang und gleichzeitig eine Schranke zwischen den beiden Sphären der Wirklichkeit. Nierika ist dem diagonal aufgebautem Diagramm der nordmexikanischen Huicholes (Wixárika, “tiefherzige Person, die das Wissen liebt”) zur Erklärung der Welt nachempfunden. Es bedeutet auch ‘Spiegel’ und ‘Antlitz der Gottheit’ und wird repräsentiert durch die vier Himmelsrichtungen und dem heiligen Zentrum, welches die Verbindung zu den alten Göttern darstellt, um den wahren Stand der Dinge zu entdecken. Fünf Himmelsrichtungen also insgesamt, markiert durch Peyote-Köpfe von unterschiedlichster Gestalt - je nach ihrem Alter. Diese fünfte, für uns unbekannte oder doch meistens vollkommen vernachlässigte Himmelsrichtung, bildet in ‘I think’ den allen Weltanschaungen gemeinsamen Nenner ‘Tod’, die Pforte zum ‘Kommen’ und zum ‘Gehen’. Der Peyote-Kaktus, Pflanze der Götter, ist das Medium der Huicholes, um diese Pforte zu durchschreiten, Kontakt mit dem Universum aufzunehmen und mit ihm eins zu werden, dort, wo alle Widersprüche aufgehoben sind, bzw. einen höheren Sinn haben.

Kritisches Denken bedenkt auch die Grenzen des Erklärens und Beweisens. Die Offenheit von weltanschaulichen Antworten auszuhalten ist uns vermutlich nicht in die biologische Wiege gelegt worden, es handelt sich um eine Kulturleistung. Aber ohne diese Leistung kommen wir als glaubende Menschen nicht aus. Die logische Geschlossenheit von Natur- und Weltbildern kann immer nur eine Illusion sein. Dies gilt für den Bibelglauben des Kreationismus ebenso wie für den angeblich wissenschaftlich bewiesenen Unglauben der „neuen Atheisten“.

Die verschiedenen Hypothesen zur Entstehung ersten Lebens könnten die Frage nach dem menschlichen Dasein mit dem Anthropischen Prinzip beantworten. Das anthropische Prinzip besagt, dass das beobachtbare Universum nur deshalb beobachtbar ist, weil es alle Eigenschaften hat, die dem Beobachter ein Leben ermöglichen. Wäre es nicht für die Entwicklung bewusstseinsfähigen Lebens geeignet, so wäre auch niemand da, der es beschreiben könnte. Die Antwort auf die Frage „Wie kommt es, dass wir selbst nicht nur existieren, sondern auch von einer solchen Komplexität und Eleganz umgeben sind, von einer solchen endlosen Fülle der schönsten und wunderbarsten Formen? lautet: Angesichts der Tatsache, dass wir uns unserer Existenz überhaupt bewusst sind und die Fragen danach stellen, kann es überhaupt nicht anders sein.“ I think (thank god).

Neben Ernesto Sartorius danke ich Darwin, Gott, René Descartes, Michelangelo Buonarroti, Elizabeth Gould, Hansjörg Hemminger, Richard Dawkins, Mutter Erde und Tututzi für ihre Inspiration.

 


 

2.11.21

Time without Time

 



 Time without Time
 60 x 60 cm 
Holger Roick 
2021


‘Time without Time’ (en la serie de Fibonacci el número 34)

La observación de un patrón repetido provoca que el científico busque la causa del fenómeno. Los anillos alternos de fibras de madera clara y oscura en la sección transversal de un tronco reflejan la experiencia de su crecimiento anual. Estos anillos también muestran los efectos cíclicos del clima durante la vida del árbol. En tal caso, la propia naturaleza proporciona una imagen significativa que se puede descifrar.

El pez quedó atrapado en un repentino y masivo trastorno geológico en algún momento durante la era del Eoceno 65.000.000 - 37.000.000 a.C., un período de violentas interrupciones en los océanos y el surgimiento del continente europeo.

Estos llamados fenómenos auto-ilustrativos dejan muchos rastros que permiten a los científicos descubrir cómo funcionan y cómo interactúan con otras fuerzas.

Los anillos en la sección transversal de un árbol existen desde que hay árboles. Que a menudo los llamemos 'anillos anuales' no es del todo incorrecto, pero obviamente existían mucho antes del término 'año'. Los números en el sentido de acumulaciones, filas y cantidades siempre han existido, aunque todavía no tenían nombre. Todavía estaban completamente ocultos antes de que finalmente fueran descubiertos por los humanos y luego "utilizables" para contar.

A medida que uno comprende el concepto de los fenómenos auto-ilustrativos, se vuelve casi físicamente perceptible cómo desaparece el elemento negativo del concepto de tiempo. La gráfica ‘Time without Time’ representa la filosofía. Habría sido obvio tematizar el fenómeno del tiempo a través del filósofo Martin Heidegger y centrarse en su obra principal 'Ser y tiempo'. Y, por supuesto, también está incluido en la imagen, pero elegí un tratado mucho más pequeño, pero no menos impresionante, como base para mis reflexiones sobre este problema filosófico. En unas pocas páginas, el escritor y filósofo Ernst Jünger nos muestra en su ensayo 'Números y dioses' de diversas maneras que somos nosotros mismos en los que el sol sale y se pone, ya sea en ochenta o en ocho mil millones de años, porque fuera del tiempo el individuo repite no sólo el árbol genealógico de la vida orgánica, sino el del universo en general. “El universo permanecería intacto, e incluso la humanidad no sufriría ninguna pérdida si el mundo no fuera calculado y contado”, dice Jünger, y continúa: “La capacidad de desarmar cosas y volver a unirlas artificialmente se refina con el avance de la ciencia. El mundo se está reconstruyendo, pero al hacerlo pierde su luminosidad para la concepción. Un ejemplo es nuestra idea sobre el origen de las especies, que se puede considerar cerrada. Hoy sabemos más que los antiguos y vemos menos que ellos, que las han reconocido en su divinidad”.

Los filósofos están igualmente cercanos a la ciencia y a la poesía. Con 'Heart of Darkness', Joseph Conrad ha puesto en la literatura un monumento al comienzo de todos los tiempos y al deseo de volver al paraíso que lo precedió. “No podíamos entender nada porque estábamos muy por delante y no podíamos recordar nada porque viajábamos en la noche de las edades más tempranas. La tierra parecía sobrenatural. Estamos acostumbrados a mirar la forma atada de un monstruo conquistado; pero aquí, aquí uno miraba algo colosal y en libertad.”

„Sí, era repugnante, pero despertaba la vaga sospecha de que había un significado en él que uno aún podía captar por sí mismo, aunque uno estaba tan alejado de la noche de la edad más temprana. ¿Por qué no? El espíritu humano es capaz de todo, porque todo está en él, tanto el pasado como el futuro. Una verdad que había sido despojada de su manto de tiempo.“

Nadie pudo haber capturado este momento prehistórico más bellamente que Henri Rousseau, de quien admiro sumamente sus escenas selváticas, que desde niño me fascinaron, me mostraron el camino al arte y aún me inspiran hoy.

Como un río, la imagen nos empuja cada vez más hacia el pasado, hacia el origen, allí donde el principio y el final describen el mismo punto, donde la expansión y el estancamiento absolutos son lo mismo, donde engendrar y morir no significan una contradicción. Aquí es exactamente en donde está el futuro, el punto - que los dioses habrían llamado momento -, en que todas las posibilidades están abiertas. Y sólo a regañadientes nos liberamos de esta peligrosa perfección a la que somos adictos, matamos, esclavizamos y comercializamos para volver a nuestro presente deficiente y sangriento, que solamente hace la vida continua posible.


 Time without Time
 60 x 60 cm 
Holger Roick 
2021

 ‘Time without Time’ (en la serie de Fibonacci el número 34)

Die Beobachtung eines sich wiederholenden Musters provoziert den Wissenschaftler, nach der Ursache des Phänomens zu suchen. Die alternierenden Ringe aus hellen und dunklen Holzfasern im Querschnitt eines Baumstammes spiegeln beispielsweise die Erfahrung seines jährlichen Wachstums wider. Diese Ringe zeigen auch die zyklischen Auswirkungen  des Klimas während der Lebensdauer des Baumes. In einem solchen Fall liefert die Natur selbst ein aussagekräftiges Bild, das von uns entziffert werden kann.

Ebenso verhält es sich mit der Versteinerung des Fisches, der aus einer plötzlichen, massiven geologischen Umwälzung irgendwann im Eozän (65.000.000 – 37.000.000 v.Chr.) stammt, eine Zeit gewaltsamer Verwerfungen in den Ozeanen und der Entstehung des europäischen Kontinents. 

Diese sogenannten sich selbst illustrierenden Phänomene hinterlassen viele Spuren, die es Wissenschaftlern ermöglichen zu entdecken, wie diese funktionieren und mit anderen Kräften interagieren.

Die Ringe im Querschnitt eines Baumes gibt es seit es Bäume gibt. Das wir sie oftmals ‚Jahresringe‘ nennen ist nicht ganz falsch, doch existierten sie natürlich lange bevor es den Begriff ´Jahr´ gab. Zahlen im Sinne von Anhäufungen, Reihungen und Mengen gab es schon immer, auch wenn diese noch keinen Namen hatten. Sie lagen noch ganz im Verborgenen bevor sie schliesslich vom Menschen entdeckt und dann von ihm zum zählen ´nutzbar´ gemacht wurden.

In demselben Masse, wie jemand das Konzept der sich selbst illustrierenden Phänomene begreift, wird geradezu körperlich spürbar, wie das negative Element des Zeitbegriffs dahinschwindet. Die vorliegende Grafik ‚Time without Time‘ repräsentiert die Philosophie. Es hätte nahe gelegen das Zeitphänomen durch den Philosophen Martin Heidegger zu thematisieren und sein Hauptwerk ‚Sein und Zeit‘ in den Mittelpunkt zu stellen. Und natürlich ist es in dem Bild auch enthalten, doch wählte ich als Grundstock meiner Überlegungen zur Philosophie eine sehr kleine, aber nicht weniger eindrucksvolle Abhandlung. Auf wenigen Seiten zeigt uns der Schriftsteller und Philosoph Ernst Jünger in seinem Essay ‚Zahlen und Götter‘ in mannigfaltigen Bezügen, dass wir selbst es sind, in denen die Sonne auf- und untergeht - ob in achtzig oder in acht Milliarden Jahren spielt dabei keine Rolle, denn ausserhalb der Zeit wiederholt der Einzelne nicht nur den Stammbaum des organischen Lebens, sondern den des Universums überhaupt. „Das Universum bliebe unberührt, und selbst die Humanität erlitte keine Einbusse, wenn auf der Welt nicht gerechnet und gezählt würde“, sagt Jünger und führt weiter aus: „Die Fähigkeit, Bestände auseinanderzunehmen und künstlich wieder zusammenzufügen, verfeinert sich mit dem Fortschritt der Wissenschaft. Die Welt wird rekonstruiert. Dabei büsst sie für die Anschauung an Leuchtkraft ein. Ein Beispiel bietet unsere Vorstellung von der Entstehung der Arten, die als abgeschlossen gelten kann. Wir wissen heute mehr als die Alten und sehen weniger als sie, die sie in ihrer Göttlichkeit erkannt haben.“

Philosophen stehen der Wissenschaft und der Dichtung vergleichbar nahe. Mit ‚Herz der Finsternis‘ hat Joseph Conrad dem Urbeginn aller Zeiten und dem Wunsch, in das davorliegende Paradies zurückzukehren, gleichsam ein Denkmal gesetzt. „Wir konnten nichts verstehen, weil wir zu weit voraus waren, und wir vermochten uns an nichts zu entsinnen, weil wir in der Nacht frühester Zeitalter reisten. Die Erde schien unirdisch. Wir sind es gewohnt, auf die gefesselte Gestalt eines besiegten Ungeheures zu blicken; doch hier – hier blickte man auf ein Ding, das ungeheuer und in Freiheit war.“

...

„Ja, es war recht hässlich, doch rief es den undeutlichen Verdacht wach, es gebe hierin einen Sinn, den man selbst – der man doch so weit abgerückt war von der Nacht des frühesten Zeitalters – noch eben zu erfassen vermöchte. Warum auch nicht. Des Menschen Geist ist zu allem fähig – weil alles in ihm ist, die ganze Vergangenheit wie auch die ganze Zukunft. Eine Wahrheit, die ihres Zeitenmantels entblösst war.“

Niemand hat diesen ursprünglichen Moment schöner bannen können als Henri Rousseau, dem ich dankbar bin für seine Urwaldbilder, die mich schon als Kind faszinierten, mir den Weg zur Kunst gewiesen haben und die mich bis heute inspirieren.

Wie ein Fluss zieht uns das Bild immer weiter vorwärts zur Vergangenheit, hin zum Ursprung, dort wo Anfang und Ende denselben Punkt beschreiben, wo absolute Ausdehnung und absoluter Stillstand dasselbe sind, dort, wo Zeugung und Tod keinen Widerspruch bedeuten. Hier genau liegt die Zukunft, der Punkt - die Götter hätten es Moment genannt - an dem alle Möglichkeiten offen stehen. Und nur widerwillig befreien wir uns von dieser gefährlichen Vollendung, nach der wir süchtig sind, wir töten, versklaven und vermarkten, um zurück in unsere unzulängliche und blutige Gegenwart zu gelangen, die allein nur kontinuierliches Leben möglich macht.